lunes, 31 de agosto de 2015

ABC:Palmira:la barbarie, en guerra con la historia


Desde el pasado mes de mayo la ciudad de Palmira, la silenciosa y discreta Tadmor (nombre actual de la ciudad), está en primera línea de las noticias internacionales por motivos nada agradables. Como es conocido, la ciudad de Palmira, uno de los restos patrimoniales de época greco-romana mejor conservados del Próximo Oriente y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980, fue conquistada por el llamado Estado Islámico y siguiendo sus pautas de actuación muy bien organizadas, la han convertido en motivo y escenario de tristes acontecimientos.

En las últimas semanas, dos hechos graves han tenido una gran repercusión. Por una parte, el asesinato de Khaled Al-Assad, arqueólogo sirio de 82 años que había desarrollado toda su actividad profesional en la antigua ciudad de Palmira; y, por otra parte, la reciente destrucción del templo de Bel de la parte este de la ciudad. Dos acontecimientos muy graves, de pura barbarie, que parecen carecer de sentido en el marco de los enfrentamientos militares modernos, a menos que se considere que el Patrimonio Histórico pueda ser incluido entre las armas y objetivos de la contienda.

Todas las informaciones parecen indicar que, desgraciadamente, en la guerra de Siria, y en general en las regiones del Próximo Oriente, el Patrimonio Histórico, y en particular los restos arqueológicos, se han convertido en piezas del engranaje de la guerra y este aspecto, novedoso, confiere una desgracia más a la larga lista de barbaridades fruto de los enfrentamientos (pérdida de vidas humanas, exilio o desplazamiento de la población, hambre...).

Columnas en el desierto
Tuve la suerte de conocer tanto la ciudad de Palmira como a Khaled Al-Assad en 1978, en el mes de septiembre, en mi primer viaje a Siria. La aparición de las columnas y demás restos monumentales en medio de la estepa desértica es una de las imágenes que seguramente perduran en cualquier viajero que se haya acercado a la cuidad. En mi caso, el impacto fue brutal, pues llegaba como joven miembro de un equipo internacional de arqueólogos que investigábamos las primeras sociedades agrícolas en esta región de estepa desértica.

Assad ya era, entonces, el director general de Antigüedades de la Región de Palmira y acogía a los pocos equipos internacionales que iban a colaborar en la zona. Así, recibió y nos enseñó la ciudad, alojándonos en la exquisita casa de las excavaciones arqueológicas en el interior del templo. A los pocos días, después de aprovisionarnos, nos marchamos hacia la zona donde trabajábamos en las excavaciones prehistóricas al oasis del Kwom, unos 200 kilómetros al este de la ciudad.

Aquellos encuentros con la cuidad de Palmira y con Khaled Al-Assad se repitieron durante más de diez años hasta inicios de los 90, cuando por razones profesionales abandonamos la investigación en esta región y empezaremos a trabajar en el valle del Éufrates (Siria). Palmira ha sido, por tanto, para nosotros un anclaje sentimental de la arqueología del Próximo Oriente, al mismo tiempo que un espejo de su desarrollo en los últimos treinta años.

En el aspecto humano, Al-Assad era el perfecto representante de la generación de arqueólogos que combinó con sabiduría las cualidades del mundo árabe -como su entrañable hospitalidad- con un trabajo serio que permitió la profesionalización de la arqueología Siria.

Un diamante junto al oasis

En esos años, en Palmira, y de la mano de Al-Assad y miembros de su equipo, como A. Taha, tuvimos la oportunidad de percibir el progresivo avance de la investigación y, sobre todo, de la protección, adecuación y musealización de la ciudad antigua de Palmira. Pudimos observar cómo el yacimiento arqueológico, que era un diamante sin pulir, evolucionaba hasta convertirse en un lugar patrimonial visitable, parada obligatoria para todos los viajeros y turistas en las décadas posteriores.

En aquellos años también compartimos residencia con las principales misiones arqueológicas que trabajaban en la recuperación de la ciudad. Sin duda la más importante la del profesor Michal Gawlikowski (Institute of Archeology of Warsaw) y, en temas más epigráficos, la del investigador, el abad Jean Starcky. Todos ellos colaboraban estrechamente con los conservadores y el equipo del Museo de Palmira, que también efectuaba su propia excavación al tiempo que ejercía como coordinador general de los temas de investigación y musealización.

Esta última línea de trabajo fue, sin duda, la de mayor repercusión pública, pues permitió la restauración y exposición de los restos arqueológicos a la vez que modernizó el museo y los lugares visitables que progresivamente se fueron abriendo a los visitantes: el templo de Bel, las tumbas, el castillo...

Esta apuesta clara por la difusión y divulgación histórica, que potenció Al-Assad, hizo que a las actividades tradicionales de la ciudad moderna ubicada cerca del magnífico oasis (cultivo de dátiles, la huerta...) se incorporara el turismo, con cifras que pasaron de unos 10.000 visitantes en la década de los 70 a varios centenares de miles en 2010.

La guerra ha sido en los últimos años una desgracia radical para la población de Palmira y de Siria en su globalidad. La situación relativamente alejada de las regiones más occidentales hizo que la ciudad de Tadmor quedara relativamente al margen de los primeros años de conflicto, sufriendo algunos pillajes y desperfectos por tiros. Ha sido en mayo de 2015, con la llegada de EI, cuando Palmira se ha convertido en el centro del conflicto.

La destrucción (sea parcial o total) de los restos del templo de Bel esta misma semana constituye una pérdida irreparable, no solo para la comunidad de Siria o del Próximo Oriente sino para la propia Humanidad. Pudimos establecer contacto con los arqueólogos de la zona en los momentos iniciales y sufrían por la integridad del patrimonio, como lo siguen haciendo ahora, aunque tristes, pues nadie se podía esperar un desenlace tan cruel y un uso tan espurio del patrimonio histórico.

La tristeza actual no puede acallar una solicitud clara -y probablemente unánime- de exigir las vías para el establecimiento de la paz, y de la manera más urgente, y un esfuerzo para que el Patrimonio Histórico y Arqueológico quede excluido de los enfrentamientos militares en esta región del mundo.

ABC:Licinio Craso,el romano más codicioso y cruel que crucificó a 6.000 esclavos de Espartaco


El primer triunvirato en la historia de Roma –que en realidad no tenía forma política, sino que era una alianza secreta– funcionó con el encanto de Julio César, la auctoritas de Cneo Pompeyo y el dinero de Marco Licinio Craso, uno de los más crueles y codiciosos romanos de su tiempo. Precisamente el afán de Craso por alcanzar un nombre militar y político más allá de la anchura de sus arcas condujo al veterano romano a embarcarse en una demencial incursión contra los partos que terminó en desastre. Con más de 60 años, Craso dirigió con desgana y exceso de confianza la campaña, lo que le costó acabar con su cabeza arrojada a los pies del rey parto mientras trataba sin éxito de negociar una tregua. El historiador Dión Casio relata que, conocedores de su codicia, los partos le introdujeron oro líquido por la garganta para terminar con su vida.

La familia de Craso, que se remontaba a uno de los linajes más antiguos de la República romana, sufrió de lleno la represión de Cayo Mario y de Cina en su confrontación con Cornelio Sila. Para escapar de la muerte, el joven Marco Licinio Craso buscó refugio en Hispania en 85 a. C, donde, aprovechando las clientelas que su padre había extendido durante su gobierno en la Hispania Ulterior, reclutó un pequeño ejército poniéndose a las órdenes de Sila cuando éste volvió a Italia. Sin llegar a la fama del Alejandro Magno romano –Pompeyo– , Craso se destacó en la Primera Guerra Civil, especialmente en la conocida Batalla de la Puerta Colina, pero no fue en el aspecto militar donde adquirió mayor notoriedad, sino con las proscripciones que siguieron al establecimiento de la dictadura de Sila.

Como hizo Mario años atrás, el nuevo régimen aplicó una sangrienta represión que incluía una amplia lista de proscritos clavada en el Foro. Quien aparecía en esta lista debía perder todos sus derechos como romano y morir, siendo perfectamente legal que fuera a través de un método violento. Las cabezas de cientos de proscritos (40 senadores, 1.600 ecuestres y 4.000 ciudadanos sufrieron esta condena) terminaron decorando las paredes del Foro y sus bienes pasaron a ser propiedad de Sila y del Tesoro, que, sin embargo, se mostró muy generoso en el reparto con sus seguidores.

Especulador inmobiliario y prestamista

Craso fue el más hábil y codicioso de entre los especuladores del periodo, pese a lo cual llevaba una vida considerada frugal en una época de excesos. «Cuando Sila se apoderó de la ciudad y puso a la venta las propiedades de los que iban pereciendo a sus manos, ya que las consideraba y denominaba botín y quería que la mayoría de los notables compartieran este sacrilegio, Craso no se abstuvo de coger ni de comprar», escribe el historiador romano Plutarco. De los 300 talentos con los que empezó la guerra, Craso pasó a 7.100 en poco tiempo, lo que le convirtió en el hombre más rico de Roma, solo igualado por su rival Pompeyo y solo superado a nivel histórico por lo acumulado tres décadas después por el Emperador César Augusto.

Además de la venta de las mansiones requisadas, Craso llevó la especulación a un nivel superior de ilegalidad. Se dedicaba a comprar los edificios situados en lugares con tendencia a incendiarse y sus proximidades, pues los propietarios se los cedían a bajo precio a causa de las presiones. En paralelo, creó un equipo de bomberos, que intervenía solo en caso de ser conveniente a los intereses de Craso en esas zonas, y otro de constructores para apuntalar los edificios y desescombrar las parcelas en cuanto el fuego hubiera pasado. No hacía edificios nuevos, pues aseguraba que «los aficionados a la construcción se arruinan ellos mismos sin necesidad de enemigos».

Los métodos para adquirir muchas de esas propiedades eran tan variados como oscuros. En el año 73 a.C, frecuentó la casa de una virgen vestal llamada Licinia, quizá familiar suyo, que fue acusada formalmente de romper su voto de castidad, lo cual era castigado con el enterramiento en vida de la culpable. Tan convencidos estaban todos del entusiasmo de Craso por hacerse con propiedades, que le bastó decir que su única intención en las visitas a Licinia era comprarle una casa para que la acusación fuera desestimada. El romano siguió rondando a la vestal hasta que finalmente le vendió su casa.

La mayor experiencia militar de Craso en los años posteriores a la guerra civil tuvo lugar con la rebelión de los esclavos del año 73 a.C. Un grupo de ochenta gladiadores, encabezados por un esclavo tracio llamado Espartaco, escapó de una escuela de gladiadores en Capua y se refugió a las faldas del Vesubio, desde donde levantó a miles de esclavos en favor de su causa. Espartaco se reveló como un astuto militar que transformó la maraña de hombres y mujeres de distintas tribus en un ejército unido capaz de destrozar a dos ejércitos consulares y, con el tiempo, cualificado incluso para crear talleres propios para equipar a sus fuerzas.

Como Adrian Goldsworthy relata en su libro «Grandes generales del Ejército romano» (Ariel, 2005), poco se sabe realmente de los orígenes de Espartaco y de cómo adquirió sus conocimientos tácticos. Varias fuentes señalan que había luchado contra los romanos antes o incluso con ellos en alguna de sus tropas auxiliares. Lo único nítido es que conocía muy bien a los soldados romanos. Por esta razón, el Senado encargó a Marco Licinio Craso que se hiciera cargo de la campaña.

Ejerciendo como pretor, Craso comenzó las operaciones desempolvando el arcaico castigo del decimatio a las legiones que habían huido cuando se hallaban al mando de sus predecesores. Este brutal castigo consistía en la elección por sorteo de 1 de cada 10 hombres para ser asesinados a golpes y palos por sus propios compañeros. Además, al 90% de las tropas restantes las cambió la ración de trigo por cebada y las obligó a levantar sus tiendas fuera de los muros de los campamentos del ejército. Estas medidas, que hacían más daño que beneficio a la moral de la tropa, respondían a la gravedad de que un grupo de esclavos se hubiera sublevado en el corazón de la península itálica.

Una kilométrica línea para cercar a los esclavos
Al frente de ocho legiones, el pretor sufrió algunos reveses iniciales, pero no tardó en ganar terreno al ejército de esclavos. Craso derrotó a un grupo que se había escindido entonces del principal ejército de Espartaco, y levantó una inmensa línea de fortificaciones de unos 65 kilómetros con el objetivo de encerrar a los esclavos en la punta más extrema de Italia. Viéndose acorralados, Espartaco y su ejército entraron en contacto en el mar Tirreno con los piratas de Cilicia, quienes prometieron darle una flota para transportar las tropas rebeldes a Sicilia con el fin de hacer de la isla un bastión rebelde inexpugnable. Sin embargo, los romanos se percataron de la intención de Espartaco, por lo que sobornaron a los piratas para que traicionaran al esclavo tracio.

En una ocurrencia desesperada, el caudillo rebelde recurrió a una táctica utilizada contra los romanos por el cartaginés Aníbal, otro de los emblemáticos villanos de la historia de Roma. Durante una noche tormentosa, reunió a todas las cabezas de ganado que pudo, colocó antorchas en sus cuernos y las arrojó hacia la zona más vulnerable de las fortificaciones. Los romanos se concentraron en el punto a donde se dirigían las antorchas, pero pronto descubrieron, para su sorpresa, que no eran hombres, sino reses. Los rebeldes aprovecharon la distracción para cruzar la valla por otro sector sin ser molestados.

Pese a su astuta acción, Espartaco se vio obligado a enfrentarse finalmente a las legiones de Craso en terreno abierto. En el comienzo de la acción, en el año 71 a.C, el antiguo gladiador cortó el cuello a su propio caballo, supuestamente capturado a uno de los comandantes romanos antes derrotados, para demostrar que no estaba dispuesto a huir y pelearía con sus hombres hasta el final. Y así fue. Plutarco afirma que el guerrero tracio fue reducido por una decena de hombres cuando trataba de alcanzar la posición de Craso, después de dar muerte a dos centuriones que le salieron a su paso. La mayoría de los rebeldes pereció en la batalla y de los que se rindieron, 6.000 prisioneros adultos, todos fueron crucificados a intervalos a lo largo de la Vía Apia, desde Roma hasta Capua, como advertencia a otros esclavos dispuestos a atacar a sus amos.

Craso solo pudo celebrar una ovación por su papel en la rebelión –dado que el Senado quiso restar importancia a la campaña, para evitar convertir en un mártir a Espartaco, y le negó el triunfo–, mientras Pompeyo incluyó la campaña contra los esclavos en las celebraciones de su segundo triunfo, concedido sobre todo por sus méritos en Hispania. De esta forma, Pompeyo se adueñó injustamente de la mayor parte de la gloria de la victoria de Craso en la rebelión, al derrotar a un par de miles de esclavos cuando ya encontraban huyendo. La herida abierta entre ambos protagonizó el escenario político de los siguientes años.

Pompeyo tenía la auctoritas (el prestigio), pero Craso no era solo dinero. Dado que Pompeyo se pasó los primeros años de su carrera en el extranjero, la gente de Roma conocía y estimaba mucho más a Craso, que participaba activamente en la vida social de la capital y sabía ganarse el favor popular para lograr sus objetivos electorales. Cuando en el año 71 a.C. fue elegido cónsul, tras su éxito en la represión de la revuelta de Espartaco, «consagró a Hércules el diez por ciento de sus bienes –explica Plutarco–, ofreció un banquete al pueblo y de sus propios fondos procuró a cada romano una provisión de grano para tres meses». Y más allá del servicio público convencional, Craso se ganó las simpatías a través de una estrategia de préstamos a prometedores senadores, como fue el caso de Julio César, al que prestó 830 talentos en los inicios de su carrera política a cambio de su apoyo en el futuro.

Su escasa popularidad y lo ingobernable del Senado legado por Sila, empujó a Pompeyo a firmar una alianza secreta con su antiguo rival Craso y su joven protegido, Cayo Julio César, que hizo las veces de contrapeso en la alianza. Para estrechar estos lazos, Pompeyo contrajo matrimonio con la hija de Julio César y, a pesar de la diferencia de edad, fueron extremadamente felices hasta la prematura muerte de ella. La alianza fue muy lucrativa para sus promotores y es conocida hoy entre los historiadores como Primer Triunvirato, pese a que no fue más que un pacto privado sin forma política, como sí lo fue el Segundo Triunvirato (formado por Marco Antonio, Octavio y Lépido). Salvando los escollos de un sistema excesivamente enmarañado, Pompeyo consiguió con el pacto llevar a término su reorganización de Oriente y proporcionar tierras a sus veteranos; Craso obtuvo una renegociación de los contratos de los recaudadores de impuestos; y César, por su parte, pudo avanzar en su reforma agraria y obtener un mando sobre la Galia, donde inició una ambiciosa campaña militar.

Los partos destrozan al anciano Craso

Craso y Pompeyo se toleraron durante más de un lustro, pese a la hostilidad latente que había entre ambos, pero fue la emergente figura de un victorioso Julio César lo que rompió definitivamente el equilibrio entre los tres. Hacia el año 55 a.C., Craso decidió comenzar una campaña militar en Siria para recordar a la República que él también era un brillante comandante como sus dos socios políticos. Su elección fue conquistar Partia, un gran reino que se extendía más allá de Armenia, lo cual le valió numerosas críticas al conducir a Roma a una guerra innecesaria solo sujeta a sus intereses particulares. Y ciertamente, no era el mejor enemigo para ganar fama rápida, como iba a descubrir con su vida.

A sus 60 años y tras 16 años sin tomar servicio activo, Craso partió a Siria, donde se entretuvo la mayor parte del año recaudando impuestos para financiar su expedición. En la primavera del 53 a.C. el comandante romano se dirigió al frente de siete legiones rebosantes de confianza a las entrañas de Partia. No obstante, los partos –que derrotarían años después también a Marco Antonio– conocían muy bien a su rival. A pesar de la caballería aliada y la infantería ligera, la gran carencia del ejército romano seguía siendo por entonces su lentitud y su vulnerabilidad en grandes llanuras. Las rápidas tropas partas, en cambio, se basaban en dos tipos de caballerías: los catafractos, caballería pesada armada de lanzas, y los veloces arqueros a caballo con sus poderosos arcos compuestos. Con todo, el primer enfrentamiento entre el ejército romano y los partos en Carras terminó en empate, aunque la superioridad de la caballería parta se tradujo en un mayor número de bajas entre los romanos. Cuando esa misma noche los hombres de Craso se lamían sus heridas, cundió de repente el pánico entre ellos y su ánimo se quebró sin que el anciano comandante tuviera fuerzas para reconducir la situación. Los romanos iniciaron una desordenada huida a pie perseguidos por la caballería parta.

Mientras trataba de negociar una tregua, Craso fue asesinado y su cabeza y manos enviadas al rey parto. Entre el mito y la realidad, Dión Casio sostiene que los partos le introdujeron oro líquido por la garganta para terminar con su vida, conocedores de su sed de riqueza. La carrera de uno de los romanos más codiciosos y crueles de su tiempo terminaba así con una humillante derrota. En Roma, su muerte abrió una brecha irreparable entre Julio César y Cneo Pompeyo, que derivó en una guerra civil donde se impuso el primero y más joven.

domingo, 30 de agosto de 2015

Hallado un sarcófago romano en las obras de la biblioteca de Los Patos


Las obras que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ejecuta, a través de la empresa Banasa, en los Jardines de la Agricultura (o de Los Patos) deparaban nuevas sorpresas al margen de la necrópolis romana hallada al poco de iniciarse y el muro califal que se ha tenido que integrar en el proyecto. En esta ocasión, las labores de pilotaje han sacado a la luz un nuevo hallazgo, que no afecta al proyecto pero sí tiene gran importancia por lo infrecuente que es, un sarcófago romano tallado con temas florales, con un esqueleto dentro, que se encuentra pendiente de su apertura tras su extracción y traslado para un estudio más profundo. El sarcófago está fabricado en plomo y mide 1,75 metros de largo por 0,35 de ancho.

El sarcófago romano apareció hace una semana, según indican fuentes de la Secretaría de Estado de Cultura, que aseguran que está "prácticamente perfecto", a excepción de una esquina, que está dañada pero que se puede restaurar. Las mismas fuentes señalan que tenía "su correspondiente tapa, también de plomo", y está "labrado con motivos vegetales". Añaden que la tapa se encontraba cerrada y que "presumiblemente" acoja los restos de "un personaje importante de la época acompañado de su ajuar". El Ministerio de Cultura asegura que, tras su traslado --ya efectuado--, "se va a proceder a realizar un informe arqueológico sobre el procedimiento a seguir, el contenido del mismo, el estado de conservación, época, así como una valoración económica de la restauración del mismo, interna y externa".

Cultura afirma que "el hallazgo no afecta a la construcción de la biblioteca", como sí lo hizo "el muro nazarí ya recuperado que se integrará" en la misma. El muro califal formará parte de la sala infantil, y su integración y puesta en valor ha afectado tanto al interior como al perímetro exterior del edificio. Para ello, hubo que retocar el proyecto, modificando parte del talud y del espacio donde irá la rosaleda que había en los jardines.

Los trabajos de seguimiento arqueológico, que lleva a cabo la empresa Arqueoqurtuba, que fue también la encargada de las catas en el 2009, empezaron a finales del año pasado. En cuanto a obra, hasta ahora, y según Cultura, se ha ejecutado una buena parte del pilotaje. El sarcófago romano apareció precisamente cuando la adjudicataria llevaba a cabo el movimiento de tierras para realizar la cimentación especial por el pilotaje. El descubrimiento se produjo en la parte más oriental del solar --en la que está más alejada a la estación del AVE--, entre dos zonas de pilotaje, que, según Cultura, "no han afectado a su integridad". El sarcófago se hallaba "a una cota inferior a los enterramientos romanos encontrados en el otro extremo, en el sector occidental del solar", que estaban "sin cubierta alguna, por lo que se deduce que se trata de un enterramiento anterior" y de "una pieza más relevante". El sarcófago estaba cinco metros por debajo de la cota de rasante.

ABC:Descubren una moneda inédita emitida por los romanos en la ceca de Segovia


Un pedazo diminuto de metal puede esconder una gran historia. Una humilde moneda de pequeño comercio es una ventana a la ideología y los valores (materiales e inmateriales) imperantes en una época. A pesar de que a estas alturas del siglo XXI la numismática romana ha estudiado con detalle todos los elementos que hicieron grande al imperio de los Césares, aún quedan pequeños milagros. Que se lo digan a Néstor F. Marqués, que acaba de descubrir una nueva moneda romana, algo que no ocurre todos los días. Y solo quedan 3 ejemplares.

Se trata de una emisión que había pasado inadvertida hasta ahora a los estudiosos de todo el mundo y de toda la historia. Una moneda acuñada en Segovia en el siglo I a. C. y de la que nadie tenía noticia. ¿Cómo es posible? El responsable de este hallazgo es, además de segoviano, un joven arqueólogo y un numísmata brillante.

-¿Quiere decir numismático?

-Bueno. Se llama numísmata al que estudia las monedas y numismático al que las vende, pero todos decimos numismático y nos entendemos, tampoco eso va a ser un problema.

Segovia ya es bastante famosa por su Real Ingenio, la pionera fábrica de moneda del tiempo de los Austrias. Aunque nada puede competir con el pasado romano que sin duda resume la grandeza del Acueducto. Menos sabido era que Segovia acuñó moneda en tiempos romanos, no porque fuera una ciudad muy importante, sino porque cultivaba con esa emisión su imagen de prestigio comercial, según confirma Marqués, que realizó esta investigación cuando estudiaba en la Universidad Autónoma de Barcelona y que hoy es investigador en la Real Academia de Bellas Artes. Pero subraya que hasta ahora, todas las fuentes hablaban de una única emisión de moneda en la Segovia romana del siglo I a. C.. La prestigiosa publicación de referencia, «Roman Provincial Coinage», ha dado por bueno su descubrimiento.

Marqués ha descubierto que no fue una emisión, sino que hubo dos. Separadas por varias décadas. Este descubrimiento es importante por varias razones, «porque ofrece un elemento más en la historia de Segovia y en la hispania romana. Fueron dos acuñaciones y eso tiene un gran significado», comenta el arqueólogo a ABC. Pero además tiene un significado literal muy relevante: «Una ciudad con tanto pasado numismático tiene que estar tremendamente orgullosa de tener una nueva moneda que es importante porque lleva su nombre de la ciudad. Esta moneda es el primer documento que conocemos en el que aparece el nombre de Segovia. Y gracias a ella sabemos que no ha cambiado 2.000 años». Eso tampoco ocurre en ninguna otra ciudad romana.

Para el investigador esto «confirma que ya se llamaba así desde el siglo I antes de Cristo. No era una urbe muy importante pero quería darse propaganda con estas emisiones civitas, que pretendían que con el uso de esta moneda de menudeo y comercio se viese al cambiar de mano que la ciudad tenía esa capacidad».

La identidad del artista acuñador

Lo mejor de todo es que en su investigación casi ha logrado identificar al artista que la acuñó. No es que sepamos el nombre pero sí de dónde viene. Era normal que las ciudades contrataran los servicios de un artista acuñador para estas emisiones puntuales. Néstor F. Marqués ha relacionado la emisión de Segovia con otra anterior de Segóbriga. «Seguramente es el mismo, no es un taller fijo, sino un artesano itinerante. Las monedas son muy similares, en el reverso uno puede ocultar el nombre y el dibujo del caballo es prácticamente idéntico».

Sin embargo, algo muy distinto ocurre con el anverso. Ahí la moneda es capaz de hablar de historia y de la mentalidad cambiante de la Hispania que se romanizaba a pasos veloces. Es casi una fotografía de ese proceso. «El anverso nos habla del cambio de ideología y de costumbres de esta gente. En la cabeza, en el modo de representarla, se ve una evolución desde los rasgos ibéricos a la romanización total. De la primera a la segunda emisión de Segovia, cambian muchos detalles. En la primera el dibujo es más esquemático y la segunda está más logrado, la decoración del pelo es preciosa, es todo más... romano»

Solo existen tres ejemplares de la moneda recién descubierta. «Dos se encuentran en colecciones privadas en Segovia y sería muy bueno que algún día pasaran a una colección pública, la de la Casa de la Moneda o Museo de la Ciudad. Aunque están perfectamente cuidadas, es bueno que un patrimonio tan escaso, pueda ser disfrutado por el público general.

-¿Y el tercer ejemplar?

-En el Hunterian Museum de Glasgow.

-¿Cómo llegaría allí?

-El investigador que la vio de casualidad estudiaba la actividad de las provincias romanas. Pero cuando la encuentra se cree que es de la primera emisión. Es el error tremendo que se ha repetido siempre, que se reproduce porque no se conocía la segunda emisión.

-Todos la tomaban por la anterior. ¿Había al menos imágenes?

-El primer grabado de la moneda romana de Segovia es de 1648 y se pensaba que era de la emisión conocida, pero como los detalles no coincidían plenamente se pensó que el artista habría tomado licencias (risas) que lo habría hecho con excesiva libertad. Al verlo me di cuenta de que es, exactamente, el dibujo de la segunda emisión. Dado lo escaso de los ejemplares existentes, es muy posible que el grabador se fijara en la segunda moneda, y por los detalles del anverso y cómo dibuja las letras, es posible que fuera la exactamente la misma.

El misterio de las letras del anverso

Y todavía no hemos hablado del misterio que encierran. Las letras CL que flanquean la cabeza del anverso. Nadie sabe qué son. Néstor F. Marqués ha descartado algunas teorías que decían que era el nombre del funcionario encargado de la moneda (al haber dos emisiones es casi imposible, no estaban tanto en el cargo, no podría ser el mismo). Lo más probable, según su opinión, es que las letras signifiquen un nombre plenamente reconocible para los ciudadanos de la Segovia romana... un apelativo unido al nombre, como ocurrió en otras ciudades importantes que acuñaban monedas, pero por la discreta importancia de Segovia en la época no tenemos manera de confirmarlo con documentos u otros soportes.

sábado, 29 de agosto de 2015

ABC:Un grupo de arqueólogos españoles descubre los secretos de Pompeya


Gracias a las excavaciones y a la restauración que realizan arqueólogos españoles, la necrópolis de Porta Nola formará parte del itinerario de Pompeya. Los descubrimientos realizados son importantes, como la edad que corresponde al hombre cuyos huesos se encontraron en la tumba de Obellius Firmus: 60 años, una edad avanzada, teniendo en cuenta que la vida media para los hombres era de 40 años en esa época y 35 para las mujeres.

-El estudio de la necrópolis les ha permitido también ampliar conocimientos sobre las costumbres y estilo de vida de los habitantes de Pompeya. ¿Qué han descubierto?

-Dentro de la tumba de Obellius Firmus encontramos, como le decía, huesos de una persona de unos 60 años, que había estado bien alimentado y con buen nivel de vida. Hemos comprobado que tenía una serie de patologías, como la hiperostosis difusa, que se relaciona con la obesidad, con dietas ricas en proteínas. Comían carne en abundancia, incluso con el consumo de alcohol.

-Antes de la erupción del Vesubio, en el 79 d.C., hubo una serie de terremotos, y algunos ciudadanos abandonaron la ciudad. ¿Cuántas personas habría antes de la erupción?

-Hay muchas incógnitas. No sabemos cuántas personas se quedaron en la ciudad. El numero de cuerpos encontrados hasta ahora es de unos 1150. Pensamos que muchos salieron momentos antes de la erupción, ya prevenidos por el terremoto.

-Profesor Llorenç Alapont, ¿en qué consistían los ritos de cremación?

-Eran muy complejos. Hemos encontrado una moneda depositada en el exterior de una urna en perfecto estado de conservación, y en cambio en otra urna hemos descubierto una moneda que estaba quemada, se quemó con el difunto. Esto indica que había un rito, una oferta por parte de los vivos a los dioses para que el difunto tuviera un buen viaje hacia el otro mundo y ellos no se vieran afectados por ninguna consecuencia maléfica de la muerte. Hay otras ofrendas que las realiza el propio difunto: la moneda quemada sirve para su tránsito a una nueva vida después de la muerte.

-En una sociedad tan jerarquizada como la romana, ¿qué diferencias había entre ricos y pobres en el ritual de cremación?

-Se necesitaba el tener una posición adinerada para la cremación: se debía contratar unos servicios funerarios que se encargaban de la procesión del muerto, llevar la antorchas en la procesión, contratar a las mujeres que lloraban, y había que controlar la pira funeraria, porque era peligrosa. Debía estar mucho tiempo encendida para alcanzar temperaturas muy altas y quemar los huesos. Se hacían fuera de la ciudad, porque se conocen casos de piras funerarias que se expandieron y quemaron barrios enteros. Para realizar este ritual de la cremación se necesitaba un cierto nivel de poder adquisitivo. En la tumbas pobres, la cremación era residual o diferente a la de los ricos. Encontramos casos de inhumación, porque era mucho más barata y fácil de realizar que la cremación. Hemos sido afortunados porque hemos encontrado la inhumación de un niño entre 3 y 6 meses. Los niños tan pequeños, a los que no les habían salido los dientes no podían ser quemados en hoguera funeraria.

-¿Cómo se afrontaba el hecho trascendental de la muerte?

-El momento de la muerte era uno de los más importantes de la vida, porque se debía hacer un tránsito, una serie de ritos, para conseguir que el hecho funesto, desgraciado, de que un familiar muriera, pudiera ser superado por los vivos. Los ritos debían ayudar en la separación de ambos mundos, el de los vivos y el de los muertos. Los vivos necesitaban superar el hecho de que una persona querida no se iba a ver nunca más.

-¿Qué relación había entre la comunidad y la necrópolis?

-Una relación casi mimética: gracias a los estudios de las necrópolis, la ciudad de los muertos, vemos que se trata de una representación exacta, es decir, los que son ricos en la ciudad, los que tienen las casas más potentes, poseen también las tumbas más lujosas. Los que quieren mostrar su nivel alto, sitúan las tumbas delante de las puertas de las murallas, de forma que todo el mundo que acceda a la ciudad pueda observar el monumento funerario o leer las inscripciones. Era la mejor forma para preservar la memoria del difunto.

-¿Hay mucho aún por descubrir en Pompeya?

- Gran parte de Pompeya está aún sin excavar. Mucho falta aún por descubrir. Pero lo más importante no es la extensión, sino la calidad de la investigación. Se excavó mucho a finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero eso no tiene nada que ver con el tipo de excavación y documentación que se hace en estos momentos, con nuevas técnicas e instrumentos.

-¿En qué se diferencia esta necrópolis de Porta Nola del resto de las excavadas en Pompeya?

-La de Porta Nola es completamente diferente a las otras exploradas en Pompeya en las que solo se encuentran sepulturas de ricos. En Porta Nola, además de las tumbas situadas en la muralla, que existen solo en esta necrópolis, hay también una serie de sepulturas únicas dedicadas a los soldados pretorianos.

El superintendente de Pompeya, Massimo Osanna, ha valorado muy positivamente este proyecto de investigación y sus descubrimientos. El grupo español, coordinado también, además de Llorenç Alapont, por Rosa Albiac, del Museo de Prehistoria de Valencia, continuará con el proyecto de investigación durante tres años, al término de los cuales hará una población monográfica y una exposición de la necrópolis. Gracias a estas excavaciones y a la restauración que se realiza de los monumentos funerarios, Pompeya recupera un nuevo espacio en su itinerario: la necrópolis de Porta Nola.

viernes, 28 de agosto de 2015

National Geographic:El palacio de Nerón, un museo oculto de pintura romana


En  1480 se descubrieron en Roma, bajo el monte Oppio, frente al Coliseo, algunos inmensos corredores y cámaras. No hay información precisa sobre el modo en que se produjo el hallazgo, pero quizá sucedió durante la extracción de materiales antiguos que hacían los obreros empleados en la construcción de las nuevas villas renacentistas que se levantaron en aquella zona.

Nadie lo sabía entonces, pero habían dado con los restos de la Domus Aurea, la fabulosa residencia imperial de Nerón, que había quedado totalmente enterrada a principios del siglo II d.C., cuando el emperador Trajano, con el fin de crear un espacio en el centro de la Urbe donde levantar la basílica Ulpia y el mayor de los foros imperiales, hizo eliminar un monte entero y usar sus tierras para colmatar y enterrar por completo el pabellón septentrional de la Domus Aurea, devastado por un incendio. Sin embargo, inicialmente el lugar se confundió con las termas de Tito.

Aventura bajo tierra

Para visitar las estancias había que penetrar a través de estrechos agujeros excavados entre las ruinas de las termas de Trajano y la Domus Aurea. Luego se caminaba sobre varios metros de tierra acumulada sobre el suelo de las cámaras, y gracias a ello se podía admirar a corta distancia, a la luz de las antorchas, el principal atractivo del palacio: su refinada decoración de motivos fantásticos que cubría las bóvedas. No es extraño, por tanto, que enseguida empezaran a desfilar por las salas los principales artistas del Renacimiento, intrigados por aquellas muestras de la pintura romana milagrosamente resucitadas. La concurrencia era tal que un autor anónimo escribía, en torno a 1500: «Todo está lleno de pintores […]. Vamos bajo tierra con nuestra panceta, pan, jamón, manzana y vino para resultar más raros a los grutescos. Nuestro guía es el maestro Pinzino, quien nos hace mancharnos bien la cara y los ojos, hasta parecer verdaderos deshollinadores, y nos hace entrever sapos, ranas, búhos, lechuzas y murciélagos, rompiéndonos la espalda con las rodillas».

Aunque se conocían algunos restos de pintura imperial romana, aparecidos en el Coliseo y en la Villa de Adriano en Tívoli, «la frescura, belleza y calidad» de los frescos de la Domus Aurea (en palabras de Vasari) causaron tal furor a lo largo del siglo XVI que acabó dando lugar a un nuevo estilo pictórico: los grutescos. Se llamaron así, cuenta Benvenuto Cellini en su Vita, porque «los estudiosos habían hallado este tipo de pinturas en lugares cavernosos, y grotte es la palabra que define esos lugares subterráneos en Roma». Las salas a las que tuvieron acceso fueron relativamente escasas, pero su identificación ha sido fundamental para determinar las primeras pinturas que los artistas del Renacimiento copiaron y estudiaron. Ha sido posible reconstruir el recorrido de aquellos primeros exploradores por medio de las descripciones conservadas, los apuntes y las reproducciones de los frescos, así como de los grafitos grabados en las bóvedas o pintados con el tizne de las antorchas junto a los agujeros por los que penetraban.

En la parte oriental de la Domus Aurea, la llamada Sala de la Bóveda de los Estucos fue una de las más visitadas. En ella se situó erróneamente el hallazgo del Laocoonte, el gran conjunto escultórico helenístico que en realidad había aparecido en un viñedo próximo, junto a las ruinas de la cisterna de las termas de Trajano. Numerosos grafitos y diversas perforaciones en las bóvedas demuestran que también se visitó la Sala Octogonal, junto a las cinco habitaciones abiertas a ella, así como la sala de la Bóveda Dorada y el Criptopórtico. Mientras que la Bóveda de los Estucos destacaba por la geometría de su composición, subrayada por molduras de estuco, la Bóveda Dorada causaba admiración por sus dimensiones monumentales y su asombrosa policromía.

Un nuevo estilo

Desde finales del siglo XV se hicieron también incursiones en la parte occidental del palacio. Esta sección estaba decorada con un estilo más libre, con fondos de colores diversos sobre los que se disponían seres fantásticos y aves. En el Codex Escurialensis, un cuaderno de apuntes atribuido a un discípulo de Ghirlandaio, se conserva la reproducción de algunos detalles de la Bóveda de los Búhos, la Bóveda Amarilla y la Bóveda Negra.

Los artistas del Cinquecento copiaron motivos aislados de diferentes bóvedas del palacio neroniano y los utilizaron, en un principio, para la decoración de pilastras y frisos, sometiéndolos a las reglas del arte renacentista. El repertorio se fue enriqueciendo paulatinamente con la incorporación de grifos, centauros, tritones... inspirados en seres fantásticos, sugeridos con pinceladas rápidas y poco definidas sobre los frescos de las grutas.

A finales del siglo XVI, los subterráneos de la Domus Aurea quedaron prácticamente relegados al olvido. Casi dos siglos después, la reproducción de los frescos en magníficos grabados realizados por Vincenzo Brenna recuperó el gusto por los grutescos, que sirvieron de nuevo de inspiración para decorar los más refinados palacios neoclásicos de Europa.

jueves, 27 de agosto de 2015

ABC:El bebé momificado que podría desvelar los secretos de los guerreros de Atila


Una vez más, el azar ha ayudado a los investigadores a encontrar un tesoro arqueológico. En este caso, el afortunado ha sido el equipo de Nikita Konstantinov (de la Gorno-Altaisk State University). Y es que, este grupo ha hallado los restos de un bebé momificado accidentalmente hace 1.500 años que podrían ayudar a completar la escasa información que existe sobre la cultura Bulan-Kobinskaya, de la que se cree que descendía el conocido guerrero Atila el Huno. Lo que queda de este pequeño ha sido encontrado en la aldea Kurai Kosh-Agach, ubicada en el sur de Siberia.

«Los restos son de un bebé. Creemos que tenía menos de un mes de edad o que era un recién nacido. De momento, se desconoce el género», ha determinado el propio Konstantinov en declaraciones recogidas por el diario «The Siberian Times». En palabras del arqueólogo, su equipo ha tenido suerte pues, cuando el pequeño fue enterrado, el «ataúd» de piedra en el que le introdujeron (el cual impidió que entrara el aire) y la mortaja de cuero en la que fue envuelto provocaron que sus restos se momificaran sin pretenderlo.

Junto a él fueron hallados los cuerpos de dos adultos. «El niño fue enterrado en un montículo separado entre los dos cuerpos, probablemente sus padres», determina Konstantinov. Su estado de conservación es envidiable, pues aún mantiene tejido corporal blando y fragmentos de la mortaja de cuero. Con todo, en palabras del arqueólogo, desgraciadamente la cabeza no se ha preservado y todavía no se ha podido determinar su sexo.

Una cultura milenaria

A pesar de que todavía no se han realizado los análisis de ADN pertinentes, los investigadores consideran que el cuerpo podría pertenecer a la cultura Bulan-Kobinskaya. De este grupo de seres humanos no se tiene cai información, pero se cree que tiene vínculos con los antiguos guerreros hunos, las diferentes tribus que Atila unificó para combatir en el S.V d.C..

De momento, los restos se encuentran en la universidad, aunque próximamente serán enviados a un laboratorio para iniciar su estudio. «Esperamos que los análisis de ADN nos ayuden a entender quienes formaban esta cultura, además de sus patrones de migración. El análisis genético podría determinar de donde llegaron estas personas y establecer las huellas que dejaron en la civilización moderna», añade el experto.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Una fortificación romana se va perfilando en La Secuita


Una fortificación romana del siglo II a.C. se va perfilando en unos terrenos agrícolas de La Secuita, un pequeño municipio situado en los alrededores de Tarragona. "El elemento principal de esta fortificación es una torre, construida con muros de sillares parcialmente conservados, pero que en un tramo conserva una potencia de dos metros de altura. Este muro se prolonga hacia el este y queda oculto por un camino y un campo yermo, con una longitud total de unos 30 metros", explica Joan Canela, uno de los directores de la excavación, a Historia National Geographic. El yacimiento fue descubierto en 2004 por Marc Dalmau, otro de los integrantes de la excavación, mientras caminaba por el término municipal. La primera intervención arqueológica del Institut Català d'Arqueologia Clàssica (ICAC) se ha desarrollado de forma fugaz, del 6 al 17 de julio, pero ha sido muy fructífera. Se ha excavado una pequeña parte de esta fortificación romana y se han descubierto materiales cerámicos que permiten fechar los hallazgos. "Nos indican, grosso modo, que tanto la construcción como su abandono se remontan al siglo II a.C. Creemos que su construcción debe de ser posterior a la primera fase de la muralla romana de Tarraco, fechada en torno al 200 a.C., y posiblemente anterior a la segunda fase de la misma, en el último tercio del siglo II a.C.", observa Canela.

Un ánfora con el sello del fabricante

En los espacios contiguos han aparecido otros muros más antiguos, posiblemente pertenecientes a un poblado ibérico, pero por el momento son todo conjeturas. Se han localizado fragmentos de cerámica que datan del período ibérico pleno (450-200 a.C.), por lo que "la existencia de un asentamiento ibérico en este lugar es bastante plausible". En los estratos correspondientes al abandono de las estructuras romanas se han recuperado fragmentos de pavimento del tipo opus signinum, de revoque mural con una decoración pictórica "muy sencilla", según Canela, y un ánfora con una inscripción en una cartela, es decir, con el sello del fabricante. "Se puede leer la palabra CANINI, que corresponde al personaje Caius Caninius. Es un ánfora brindisina, fabricada en el sur de Italia y que data entre el 130 y el 75 a.C.", afirma el arqueólogo. Las próximas intervenciones arqueológicas, en 2016 y 2017, aportarán más información al respecto. "El hallazgo del conjunto es excepcional porque no se trata de una torre aislada, sino de una construcción militar más potente, posiblemente un fortín", revela Canela, quien dirige las excavaciones junto con Jordi López y Núria Otero, también del ICAC. 

martes, 25 de agosto de 2015

Aparecen en Tiro Janer ocho hornos y tres grupos de ánforas, y 45 enterramientos, inicialmente fechados entre el siglo I al III a.C.


La Zona Franca de Cádiz ha presentado hace unos días en la delegación territorial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía el informe arqueológico que ha elaborado la empresa Anfora, encargada de los trabajos en el futuro Polígono Industrial Tiro Janer. El Consorcio asegura que licitará la obra de urbanización una vez tenga la respuesta de la administración regional sobre los resultados y las medidas de actuación propuestas en el citado documento.

La excavación arqueológica y catalogación de los restos hallados en el antiguo acuartelamiento isleño “ha sido sumamente laboriosa”. En estos trabajos se han encontrado ocho hornos y tres grupos de ánforas y hasta 45 enterramientos, inicialmente fechados entre el siglo I al III a.C.

La Zona Franca compró al Ministerio de Defensa por casi 7 millones de euros el antiguo Polígono Tiro Janer en 2013 y desde entonces el Consorcio asevera que ha realizado un “intenso trabajo” que comenzó con la demolición de las antiguas instalaciones. Posteriormente, los importantes hallazgos arqueológicos y el minucioso trabajo por parte de los expertos han hecho ralentizar el proceso.

El Consorcio plantea en la zona un parque comercial y empresarial con una construcción máxima de aproximadamente 60.000 metros cuadrados para el que ya se han producido contactos con empresas interesadas en su instalación en este enclave a la entrada de La Isla por Cádiz.

lunes, 24 de agosto de 2015

Noticia IDEAL:Castellar se prepara para vivir el equinoccio en la Cueva de la Lobera



Falta un mes pero en Castellar los motores ya calientan porque nadie se quiere perder el equinoccio que el 19 de septiembre concitará a medio pueblo en la Cueva de la Lobera. Ese sábado está previsto que, en el ocaso del día, la luz del sol se cuele por un hueco que realizaron ex profeso en la roca y para tal fin los antiguos moradores del santuario ibérico de los Altos del Sotillo, popularmente conocido como Cueva de la Lobera. De esta manera, a lo largo de la gruta se proyectará una imagen evocadora de los exvotos de bronce que se ofrecían a modo de ofrenda.

«Todos los vecinos de Castellar están invitados a la contemplación de este fenómeno singular, mágico, con importante carga de simbolismo, un ritual que nuestros antepasados oretanos supieron estudiar y materializar para conseguir que la imagen de la divinidad quedara proyectada sobre la pétrea estructura de la cueva. Para ellos el equinoccio conllevaba un cambio de ciclo agrario, además de ofertar protección, sanación y fecundidad», expresa el historiador castellariego Lucas Rubio, promotor de la actividad.

Para disfrutar en mayor medida de la singular visión, el Ayuntamiento ha cargado de contenido la tarde de ese 19 de septiembre que comenzará con la presentación de un vídeo promocional de Castellar en el salón de plenos de la Casa Consistorial; a las seis de la tarde la comitiva partirá hacia la Cueva de la Lobera en una procesión que estará amenizada por la música de Sonia Megías. En el santuario ibero se desarrollará un acto de salutación a la Diosa Mater y se realizará el ancestral ritual de la ofrenda de pan, frutas, exvotos y cerámica; habrá una degustación de pan, aceite y vino de rosas y un recital de música en los propios Altos del Sotillo a cargo de la soprano Laura Moyano. Tras contemplar el equinoccio, los participantes regresarán a pie con el auxilio de linternas, porque a esa hora la visión solar brillará por su ausencia y la luna apenas estará en el umbral del cuarto creciente.
Equinoccio o noche igual

El equinoccio, palabra que proviene del latín y significa noche igual, es el momento del año en que el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre. Ese día y para un observador en el ecuador terrestre, el Sol alcanza el cenit o punto más alto en el cielo. El equinoccio ocurre dos veces por año, meses de marzo y septiembre, épocas en que los dos polos terrestres se encuentran a una misma distancia del Sol, así la luz se proyecta por igual en ambos hemisferios. En las fechas en las que se producen los equinoccios, el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares de la Tierra. En Castellar se espera una presencia masiva. Además de la difusión que se da desde el Ayuntamiento, las redes sociales y grupos de facebook y whatsapp están consiguiendo subir el interés en la iniciativa tanto que tienen confirmada su asistencia personas provenientes de Jaén, Córdoba y Madrid. Se pretende que este primer encuentro tenga continuidad en equinoccios de ediciones posteriores.

domingo, 23 de agosto de 2015

Noticia IDEAL:Más de 200 voluntarios participan en las nuevas excavaciones del yacimiento de Cástulo


Un total de 210 voluntarios han participado en la 'V Campaña de Excavaciones' que se ha desarrollado desde junio en el yacimiento arqueológico de Cástulo en Linares por un período de ocho semanas de duración en el que han existido dos grandes espacios de participación del voluntariado, por un lado, el yacimiento y, por otro, el museo arqueológico.

A través de un comunicado, la delegada territorial de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, Pilar Salazar, ha señalado que la participación y el incremento de los voluntarios, año tras año, demuestran que "el proyecto de Cástulo es un ejemplo de cooperación y proyección social".

Del total de los participantes en la campaña de excavaciones, 36 han llegado a través del Campo Internacional de Trabajo en Arqueología 'Cástulo: Puerto de encuentros', lo permite situar el número de voluntarios inscritos fuera de esa iniciativa en 174.

Salazar ha destacado que con estas cifras "el 65 por ciento de los voluntarios, 113, han repetido experiencia y colaboración en el yacimiento arqueológico de Linares, lo que se traduce en una alta fidelidad", y ha señalado "un crecimiento de los voluntarios en un 35 por ciento con respecto a las campañas de excavaciones anteriores".

En cuanto a la procedencia de los voluntarios se refiere, en el yacimiento arqueológico de Cástulo han participado 93 voluntarios que no pertenecen a ningún tipo de colectivo, 24 voluntarios procedían de la asociación 'Ibros por la historia', 32 personas pertenecen al colectivo '28F' de Linares, a los que hay que sumar a los 36 que han pertenecido al campo internacional de trabajo.

Para finalizar, Salazar ha destacado que a estos voluntarios "hay que añadir los 25 jóvenes que han participado en el campo de trabajo del Instituto Andaluz de la Juventud y el Ayuntamiento de Linares", y ha concretado que, junto a andaluces, ha habido participantes de otras comunidades autónomas como Cataluña, Castilla y León, Cantabria, La Rioja, País Vasco, Comunidad Valenciana y Madrid.

sábado, 22 de agosto de 2015

Diario Jaén:La Junta aún estudia cómo gestionará Puente Tablas


Tranquilo y bajo el calor de los días estivales jiennenses. Así pasa estos días el yacimiento de Puente Tablas. A su lado, el edificio creado para recibir a los visitantes también espera, dispuesto a que abran sus puertas.
Y es que, desde que el pasado mes de febrero, el que fuera consejero de Cultura, Luciano Alonso, lo conociera, en una jornada especial de puertas abiertas, su interior espera que la Junta de Andalucía le dé el impulso que falta para su apertura. De hecho, según fuentes de la Administración andaluza, se está trabajando en la puesta en marcha del centro. “Ahora, se ultima la autorización de los servicios básicos de la construcción”, manifiestan. Asimismo, el Gobierno autonómico indica que también están inmersos en la definición de la fórmula de gestión.
La apertura de este edificio supondrá un mayor conocimiento del yacimiento arqueológico del Oppidum ibero que se encuentra a escasos metros. En su interior, los visitantes cuentan con diferentes paneles informativos que explican varios aspectos de esta cultura. Dibujos, recreaciones y pantallas táctiles ayudan a dar una idea de lo que se verá a pie de campo.
La construcción se incluye en uno de los espacios de la red turística de la ciudad y contará con una señalización propia que la Administración provincial financia para indicar los diferentes centros y monumentos de interés turístico. La necesidad de la puesta en marcha del centro fue reclamada por el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, el pasado mes de mayo, para pedir a la Junta que la “asuma”, lo antes posible, con el fin de que se abra al público. En este sentido, aseguró: “No es lógico que un espacio de referencia, situado a las afueras de la capital, permanezca cerrado al público”.
El centro de interpretación del yacimiento de Puente Tablas es el fruto de un convenio suscrito en el año 2010 con la Diputación dentro del programa “Viaje al tiempo de los iberos”. En su interior, el visitante cuenta con una explicación de trece ámbitos relacionados con los iberos: un año de vida de una familia; los dones de la madre tierra; domesticar animales; transformación del paisaje; tiempo de innovaciones; la riqueza del suelo; construir una ciudad; el tema de la guerra; Puente Tablas, siglo IV antes de nuestra era; preservar los frutos de la tierra; producción de alimentos en invierno; al calor del hogar; la renovación del ciclo, y la zona audiovisual.

Diario Jaén:Cástulo mantiene el número de visitantes del año 2014


Un punto de referencia para los amantes de la arqueología y de la historia en general. En eso se ha convertido el yacimiento arqueológico de Cástulo, que en lo que va de año, ha recibido aproximadamente unas 20.000 visitas. “Estamos en unos niveles muy parecidos a los de la misma fecha del año pasado. En esa ocasión, el descubrimiento de la Patena de Cristo en Majestad generó mucha expectación, así que por el momento no se si en otoño remontaremos o no”, explica el director del conjunto arqueológico, Marcelo Castro.
Al cierre de 2014 fueron unas 50.000 las personas que se acercaron para conocer los últimos descubrimientos de Cástulo, entre los que se encuentra el Mosaico de los Amores y el león de la Puerta Norte, además de la Patena, que abrió una nueva vía de turismo relacionado con la religión. 

Hallazgos que han visto la luz durante el proyecto de investigación Forvm MMX, que afronta su recta final. “La campaña de excavaciones la terminamos en julio, aunque en las últimas semanas ha trabajado en la zona un pequeño grupo que quería profundizar en la puerta del conocido como edificio T. Ahora volveremos en septiembre con la memoria, para cerrar la etapa de Forvm MMX”, afirma Castro.

Por el momento, para continuar los trabajos de excavaciones esperan la puesta en marcha de la nueva edición de los planes de empleo, mientras que el proyecto de investigación continuará en los próximos años, ahora a través de “Siglo XXI en Cástulo”. “Sabemos lo que queremos hacer a través de este planteamiento, que es abrir ventanas a distintos momentos de una secuencia, ilustrar 4.000 años de historia de la ciudad, que es en definitiva historia de Andalucía”, asevera el director.

Actualmente, el oppidum ibero-romano de Cástulo, uno de los más extensos poblados fortificados de la Península durante la antigüedad, apenas si se encuentra excavado en un uno por ciento.

Para ello es fundamental la inversión que, según Castro, aún está por ver. En este sentido, el Ayuntamiento planteó la creación de una fundación o patronato para la gestión del yacimiento arqueológico de Cástulo. Para ello, ya están en marcha los contactos con diferentes administraciones públicas, aunque según manifiesta el concejal de Patrimonio Histórico, Daniel Campos, la conformación del nuevo Gobierno andaluz ha frenado un tanto su puesta en marcha.

viernes, 21 de agosto de 2015

ABC:Cinco curiosidades sobre Cleopatra que probablemente desconocías


Fue un 12 de agosto de hace más de 2.000 años (en el 30 a.C.) cuando Cleopatra, la popular reina de Egipto, se encerró en una cámara privada para acabar con su vida. Por entonces ya le quedaba poco por lo que vivir, pues su amado Marco Antonio se había suicidado y Octavio Augusto ya le había arrebatado el poder de su amada región.

Dicen las leyendas que terminó su existencia haciéndose morder por una serpiente, aunque eso es algo desconocido a día de hoy. Sin embargo, lo que si se sabe es que, cuando dejó este mundo para encontrarse con los grandes faraones allí donde estuviesen, esta mujer atesoraba tras de sí una vida llena de lujuria, muerte y tejemanejes políticos.

1-Se planteó huir a Hispania después de ser derrotada por Octavio

Después de que las flotas de Marco Antonio y Cleopatra fuera derrotada en la batalla de Actium, la reina de Egipto regresó a Alejandría huyendo de los enemigos que querían atraparla. Durante su estancia en palacio, decidió enviar multitud de emisarios a sus aliados de Media y Partia para, llegado el momento, preparar embarcaciones para pasar al mar Rojo en dirección a Arabia y escapar. Entre las posibilidades que barajó, estuvo la de partir hacia Hispania.

Para saber más: El pacto político que pudo hacer que Cleopatra viviera en España

2-No era tan bella como se cree

A pesar de que la propaganda romana mostró a Cleopatra como una seductora libertina que utilizaba su atractivo sexual para influir en la política, la realidad era bien diferente. Y es que, al parecer no era tan bella como se creía y, por el contrario, sí era una astuta política que hablaba una docena de idiomas y fue educada en matemáticas, filosofía, oratoria y astronomía (entre otras).

Los egipcios afirman que los filósofos disfrutaban de su compañía, no tanto por su atractivo, sino por su capacidad para discutir sobre temas elevados. Uno de los seguidores de esta idea es el historiador de la época Plutarco quien, a pesar de odiarla, decía de ella que tenía un encanto irresistible que nacía de su conversación.

Para saber más: Cleopatra, las intrigas históricas de la «ramera» que dominó Egipto

3-Le encantaba deslumbrar a los dignatarios de otras naciones

Si algo se puede decir de Cleopatra, es que le encantaba sentirse como una diosa viviente y soprender a sus dignatarios. Así queda claro después de saber que, en el año 48 a.C., recibió a Julio César en Alejandría con sus mejores galas pero... escondida dentro de una alfombra real. ¿La razón? Su hermano Ptolomeo XIII, con quien la mujer tenía multitud de rencillas, le había impedido verse con el general romano. Así pues, ella se ocultó para poder reunirse con Julio. Eso sí, con un vestido despampanante que enamoró instantáneamente a su interlocutor.

En el año 41 a.C., por su parte, la reina mantuvo conversaciones con Marco Antonio en un impresionante y rico buque de su flota que dejó boquiabierto a su futuro amante y marido. De hecho, la leyenda dice que apareció vestida de afrodita e hizo disfrazarse a sus siervos como pequeños cupidos.

4-Formó un club de «borrachera» con Marco Antonio

Después de que Cleopatra y Marco Antonio comenzaran su historia de amor en el año 41 a.C., ambos fundaron, según afirma la versión digital de «History Channel», un club de borrachos. Según la leyenda, ambos estuvieron un año entero realizando decenas de orgías y bebiendo hasta caer rendidos. A su vez, solían comer hasta vomitar y, al parecer, en alguna ocasión se les pudo ver por las calles de Alejandría disfrazados y haciendo bromas pesadas a los ciudadanos. Lógicamente, a día de hoy esto es imposible de corroborar.

5-Pudo no morir por la picadura de una serpiente

La leyenda afirma que la reina de Egipto se suicidó dejando que una serpiente le transmitiera su veneno. Sin embargo, esta teoría no es compartida por todos los historiadores. Ya en aquella época (en el año 30 a.C.) el Plutarco afirmó que era imposible saber la causa de su fallecimiento, aunque señaló que la mujer solía llevar ocultar veneno en sus ropas. Otros afirman que pudo clavarse un puñal o, incluso, pincharse un alfiler sumergido en veneno de cobra.

jueves, 20 de agosto de 2015

Incalculable valor de lo que está saliendo a la luz en un yacimiento de Valeria


Los trabajos arqueológicos en las termas romanas de la villa romana de Valeria en la provincia de Cuenca continúan este verano, y en nuevas excavaciones se han recuperado fragmentos de mosaicos, de estucos y de mármoles, además de escombros constructivos que servirán a los arqueólogos para reconstruir idealmente el edificio arruinado.

Estas excavaciones, dirigidas por los responsables de Ares Arqueología, Santiago David Domínguez y Míchel Muñoz, se realizan durante este verano con alumnos de diferentes universidades, como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Granada, la Universidad de Valencia o la UNED.

El edificio de las termas se descubrió el pasado verano durante el estudio de impacto previo a la obra de reapertura de un camino al pueblo. Su excavación sirvió de prácticas al curso de formación de Arqueología que se lleva ya varios anos celebrando en el yacimiento.

Dada la relevancia del hallazgo, puesto que no se conocían aún termas en esta ciudad romana, desde Ares Arqueología, Santiago David Domínguez ha explicado a Europa Press que la Junta de Castilla-La Mancha ha autorizado un proyecto de investigación específico para el estudio y puesta en valor de estas termas.

Estos descubrimientos arrojan luz sobre detalles sobre la forma, la función y la decoración de la piscina para agua templada o ´tepidarium´ hasta ahora excavada. Los restos servirán a los arqueólogos para reconstruir idealmente el edificio arruinado.

Falta por saber si este edificio de baños fue público o privado, tarea pendiente para futuras campañas. Se pretende, por parte de la dirección y y del Ayuntamiento de Valeria, iniciar inmediatamente la puesta en valor de la nueva ruina, prepararla para ser enseñada para aportarle un nuevo recurso al pueblo y ya se está buscando la financiación y los medios para hacerlo al tiempo que se protegen los restos.

ABC:El oro de León que ocultaba Hispania


En noviembre de 2014, Javier Fernández Lozano puso las minas del valle del Eria en el mapa. Lo hizo con un estudio, cuyo coautor es el profesor Gabriel Gutiérrez-Alonso, como él perteneciente al departamento de Geodinánima Interna de la Universidad de Salamanca, que encontró hueco en una prestigiosa publicación internacional, el «Journal of Archaeological Science». Y a partir de ahí, logró el eco que un hombre de la zona como el profesor Fernández Lozano, nacido en la población de Castrocontrigo, quería no solo para su abnegado trabajo, sino también para su tierra. La información que desvelaban en dicho análisis no era baladí: debajo de la frondosa vegetación que cubre como una sábana el valle leonés del Eria había un entramado minero, dotado de un complejo sistema de obras y canalizaciones hidráulicas, que fue importado por los romanos hace más de dos mil años desde Egipto directamente a Hispania. Y en ese mosaico de yacimientos se extraía el material dorado más valioso. Además de la importancia que tenía el hallazgo en sí, el profesor departe con ABC sobre otros dos valores en alza de la investigación: el empleo por primera vez en España para un trabajo geoarqueológico de la tecnología Lidar acoplada al sensor de un avión o un drone; y la conclusión de los verdaderos motivos por los que los romanos se fueron con el oro de León a otra parte.

Entre los siglos I y II d.C. los romanos abandonaron el distrito aurífero del Eria porque dejó de ser rentable. Tan sencillo como esto, a pesar de las diversas teorías que han aflorado en numerosos textos literarios acerca de que los romanos decidieron irse porque no tenían los recursos suficientes. O las obras necesarias para continuar con la extracción (por cianurización) del metal precioso.

Nada más lejos de la realidad, como ha demostrado el trabajo de los profesores de Geodinámica Interna. Hasta ahora, era el paraje leonés de Las Médulas el considerado como la mayor mina de oro a cielo abierto que se cobijaba en España del Imperio Romano, mas este análisis viene a demostrar que, aún más allá, se trata del mayor espacio en Europa dedicado a la extracción de oro si se tiene en cuenta que se extendió a kilómetros al sureste, hasta el valle del río Eria. Cómo se ha puesto luz sobre todas estas labores mineras es una de las grandes novedades del trabajo, y es que lo reveló la «visión» de un sistema láser llamado Lidar -Light Detection and Ranging-, que no es otra cosa que una tecnología adherida a un avión o un drone que escanea el terreno con la referencia geográfica que aportan estaciones de GPS terrestres. Lo que hace este sistema es emitir un haz de luz que llega hasta el suelo, rebota y nuevamente sube hasta el sensor del avión, permitiendo calcular la distancia exacta que hay desde el aeronave hasta la superficie terrestre.

Los datos que se obtienen se representan mediante nubes de puntos que gracias a un software se filtran de señales como árboles, edificios o vegetación que no se corresponde con la superficie, se «traducen» y permiten construir un modelo cartográfico más nítido donde se pueden examinar canales, embalses o canales. «En la actualidad seguimos investigando en la zona mediante el uso de datos Lidar de alta resolución obtenidos del Instituto Geográfico Nacional y vuelos fotogramétricos con drone que permiten restituir a partir de fotografías la superficie topográfica con alta resolución», comenta el profesor Fernández.

Es decir, a diferencia de una fotografía aérea o por satélite, que es lo que se había empleado hasta el momento en los trabajos de geoarqueología, esta tecnología permite «limpiar» de vegetación y otro tipo de «ruido» la imagen, con lo que los resultados son mucho mejores. En esta zona se descubrió todo el sistema de canalización hidráulica y desvío de dos ríos que usaban en el siglo I a. C. los romanos para extraer el oro de zona la zona de León, que en la actualidad se reparte entre Castrocontrigo y la cumbre de la Sierra del Teleno, incluso. Al vislumbrarse lo inconmensurable de la red de labores mineras que pusieron en marcha los romanos con tal de hacerse con unos gramos del metal situado en el grupo 11 de la tabla periódica, los investigadores dedujeron que no se habían ido de Hispania como se había citado por falta de obras, sistemas de transporte y acopio del agua, incluso de metodología para su almacenamiento, sino porque el oro ya escaseaba y se «mudaron» al norte de Italia, entre otras zonas. Lo sintetiza a la perfección Fernández Lozano: «El problema no era técnico; sino el valor del oro».

Tecnología usada en los 60 por la NASA

Lo más curioso de la tecnología Lidar es que había sido el bastón de la NASA ya en los años 60 para comprobar cómo retrocedía la banquisa del hielo en el Ártico, y su uso se ha implementado en la topografía, la cartografía catastral, incluso, según Javier Fernández, se han empezado a usar en las canteras, para calcular el deslizamiento de laderas en una montaña o también ayudaría para determinar en un momento dado el tiempo de evacuación que se necesita en una zona próxima a una capa magmática o volcán. Pero por vez primera sirve de soporte a la geoarqueología.

La intención ahora, una vez desvelada la importancia mayor si cabía de la zona aurífera, es diseñar un geoparque. «Estos pueblos se mueren -lamenta el investigador-, y hay que aprovechar estos trabajos para potenciarlos y darles el impulso que merecen». Sabedores de que esta etiqueta de la que gozan solamente una docena de áreas acotadas en la Península Ibérica «puede tardar en llegar entre cinco y diez años», los dos profesores de Salamanca están hablando con los ayuntamientos de las comarcas de la Valdería y la Cabrera Alta a los que atañiría el denominado «Proyecto Geoparque Valle del Eria». Fernández Lozano vislumbra el fomento del desarrollo rural, arqueológico, etnográfico y social que supondría para su zona la iniciativa, así como la protección óptima de todo el patrimonio arqueológico. El proyecto trataría de velar por los recursos, así como de la puesta en interacción y conocimiento del público de los diversos elementos que componen la riqueza geoarqueológica de esta zona amada por los romanos en su día. Según textos de Plinio el Viejo, el procurador encargado de realizar el seguimiento de la minería en la Hispania, como su enciclopedia «Historia natural», tras aprender las técnicas de almacenamiento y transporte de agua de los egipcios, los romanos las aplicaron para obtener hasta 20 toneladas de oro en el noroeste de Hispania, en depósitos de oro originales tales como los del valle leonés del Eria.