sábado, 24 de octubre de 2015

La recuperación de una figura romana a partir de 200 fragmentos


Poco quedaba de su esplendor de mediados del siglo I después de Cristo. La Diosa Fortuna, figura de mármol que embellecía el edificio del teatro romano de la Colonia Clunia Sulpicia, se reducía a escombros tras su reconversión en anfiteatro en el año 169. «Encontramos unos 200 fragmentos», recordaba el profesor Francesc Tuset, que halló este legado en la escombrera que se formó en la parte trasera con el desmontaje del edificio teatral. «Fue muy maltratada, algunas piezas de mármol quedaron muy deshechas por el fuego y otras desaparecieron como el brazo», lamentó.

Por ello, su reconstrucción era un reto que ha afrontado con éxito el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León (Ccrbc) ubicado en Simancas. Cinco años de intenso trabajo en los que se ha llevado a cabo una investigación integral.

Desde el punto de vista técnico, se han descubierto detalles de interés como la procedencia de los mármoles, de dos canteras, o el estudio de la policromía. Y es que aunque se sabe que este tipo de esculturas estaban policromadas, se ha podido constatar científicamente a través de un novedoso sistema que no ha afectado a la obra porque no requería recogida de muestras. «De cara a la explicación del público es muy útil», resaltó la directora del Ccrbc, Milagros Burón Álvarez.

Durante el proceso, los expertos se han apoyado en tecnología avanzada como el escaneado láser, la modelación 3D o un sistema de montaje novedoso. «El peso de las piezas, algunas cercanas a la tonelada, así como el estado de deterioro de otras, obligaron a innovar con un sistema de montaje diseñado a partir de una estructura autoportante que a través de rebajes internos en cada uno de los fragmentos, permite encajar las piezas sin perforarlas», explicó Burón Álvarez.

La investigación se completó con un estudio iconográfico en cuya conclusión se extrae que además de diosa de la fortuna, también era protectora de los caminantes. «Es posible que tuviera una rueda o un timón en el brazo», apuntó mientras continúa la investigación abierta por el retrato que la cabeza incorpora de un miembro de la familia imperial.

Si bien los estudios se realizaron el primer año, la excesiva fragmentación, junto al volumen y al peso, obligaron a meditar «mucho cada uno de los pasos» para no poner en riesgo el resultado final. «No existe proceso semejante, con un estado de fragmentación similar, de una figura como esta de mediados del Siglo I después de Cristo. Es muy novedoso desde el punto de vista metodológico», señaló.

Entusiasmado por la labor realizada, el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz, presentó la nueva escultura junto al presidente de la Diputación, César Rico. «La diosa fortuna ha vuelto a casa», destacó Saiz, quien alabó «un trabajo inédito muy importante desde el punto de vista científico».

Con el objetivo de profundizar en este proceso de reconstrucción y en el contexto cultural de la pieza, el Museo de Burgos ofrecerá durante los días 5, 6 y 7 de noviembre unas jornadas abiertas a los técnicos y a las personas interesadas.

La iniciativa se enmarca dentro del I Plan que la Diputación aprobó en 1996, que tendrá continuidad en una segunda edición que el presidente de la Administración Provincial pretende presentar antes de que finalice el año. «La Diputación quiere apostar por Clunia, un patrimonio que no podemos desaprovechar», afirmó Rico.

Por el momento, se está seleccionando al personal que se encargará de redactar los proyectos para complementar el espacio con nuevas infraestructuras que mejoren la calidad de la visita. Para ello, la Institución Provincial contará con un presupuesto de 5,7 millones de euros. «Va a ser un antes y un después», avanzó el director general de Patrimonio Cultural.