viernes, 30 de octubre de 2015

National Geographic: Descubren un santuario egipcio en la Villa Adriana


En el siglo XVI, Pirro Ligorio, un arquitecto napolitano interesado en las antigüedades, realizó unas excavaciones en la Villa Adriana, construida por el emperador Adriano como lugar de retiro a las afueras de Roma. En uno de los extremos de la villa, junto al Teatro Griego, halló tres bustos viriles en mármol rojo con la cabeza afeitada que interpretó erróneamente como si fueran atletas. Las esculturas formaban parte de un complejo de siete edificios monumentales erigidos entre el 125 y el 135 d.C. Este espacio fue conocido durante siglos como la Palestra, dedicado por tanto a la competición atlética, pero en los últimos años se ha descubierto que las tres estatuas no representaban a atletas sino a sacerdotes isiacos, es decir, que rendían culto a la diosa egipcia Isis. Se trataba en realidad de un complejo que evocaba, en el estilo de Adriano, un santuario de las divinidades del Egipto greco-romano, del tipo Iseum et Serapeum, donde prevalecían los cultos de Isis y Serapis, difundidos en las metrópolis de la era imperial, explica Zaccaria Mari, arqueólogo de la Superintendencia de Bienes Arqueológicos del Lacio, a Historia National Geographic. 

Una esfinge acéfala y una estatua de Horus

Mari ha dirigido las excavaciones arqueológicas en esta parte de la Villa Adriana durante las campañas de 2005 y 2013. El complejo, que siempre me había fascinado, no formaba parte del recorrido turístico por la villa, estaba enterrado casi por completo y ocupado por los residuos de antiguos cultivos, expresa el arqueólogo. En 2006 emergió la estatua de una esfinge que no conservaba la cabeza y se encontraron numerosos fragmentos de esculturas y elementos arquitectónicos de gran calidad. En 2014 salió a la luz una estatua zoomorfa de Horus, el dios halcón. Ambas esculturas, en mármol de Proconeso (Turquía), son obra de artistas que trabajaron en la Villa Adriana y en el Serapeo del Campo de Marte, en Roma. Adriano se sintió cautivado por el Antiguo Egipto y visitó sus ciudades y lugares sagrados durante un viaje que realizó en el año 130, cuando su querido Antínoo se ahogó misteriosamente en las aguas del Nilo. Adriano en persona estableció el culto del jovencito como Osiris-Antínoo, favoreciendo la construcción de templos sobre todo en la parte oriental del imperio, afirma Mari. También se han hallado varias esculturas de estilo clásico, entre ellas una copia de un original griego del siglo V a.C. y una magnífica cabeza viril, probablemente un atleta, muy parecida al Doríforo de Policleto. Esta estatua, la de Horus y la esfinge ya han sido restauradas y se encuentran expuestas en el Antiquarium del Canopo, en la Villa Adriana.