viernes, 20 de noviembre de 2015

Hallan un posible embarcadero romano en el islote de Lobos


Los investigadores que trabajan en el yacimiento del islote de Lobos (La Oliva, Fuerteventura) han localizado dos nuevos enclaves arqueológicos próximos al taller de púrpura de época romana, entre ellos una plataforma de piedra cuadrangular que quizás pudiera haber servido como área de embarcadero en ese período.

El equipo de arqueólogos, dirigido por la catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna (ULL), María del Carmen del Arco, ha presentado los trabajos de la cuarta campaña de excavación llevados a cabo en el islote durante este mes de noviembre y cuyos resultados desvelan "varios aspectos de interés".

Tras varios sondeos por el islote, los arqueólogos localizaron tres nuevos puntos arqueológicos (Lobos 2, 3 y 4), aunque finalmente el 2 fue descartado tras obtener resultados estériles.

Del Arco ha señalado que, a falta de estudios más detallados, sí se puede asegurar que los otros dos "prometen muchísimo".

En Lobos 4, los expertos han hallado bajo la arena un área de plataforma, limítrofe a la costa de sotavento, en la zona utilizada desde antiguo para amarrar los barcos.

Junto a esta estructura empedrada se han hallado restos de ánforas, lo que les induce a pensar que "también pudo funcionar así en la época romana", ha añadido la profesora de la ULL.

Las primeras hipótesis plantean la posibilidad de que se trate de un embarcadero, aunque del Arco y su equipo se muestran prudentes y no descartan otros posibles usos.

Resguardado del viento y entre dos conos volcánicos han localizado otro nuevo foco arqueológico (Lobos 3) con un posible uso doméstico en base a los restos recuperados de estructuras de combustión, ajuar de mesa y cocina y restos de fauna terrestre.

La huella romana en Lobos fue descubierta en 2012 después de que un turista hallara restos de cerámica sobre una montaña de jable (arena). A partir de ahí, se han llevado a cabo cuatro campañas arqueológicas -la última finaliza mañana-, en las que se ha ido confirmando la presencia romana en el islote.

Tras los primeros sondeos de 2012, el yacimiento Lobos 1, localizado en la playa de La Calera, ha ido arrojando nuevos datos y estructuras que ya hoy permiten hablar de un enclave romano utilizado como taller de púrpura durante la época altoimperial (siglos I a.C. a I d.C.)

El yacimiento está formado por un núcleo principal con concheros de stramonita, molusco del que se extrae la púrpura para más tarde usarla como tinte, además de varias estructuras habitacionales.

Durante esta cuarta campaña, la directora de la excavación ha señalado a los periodistas que se ha conseguido "abrir un espacio amplio, definido con estructuras arquitectónicas complejas formadas por varios recintos adosados".

Además, se han encontrado nuevos focos de concheros e instrumental específico como yunques de piedra, anzuelos de bronce o pesas de red de plomo; en definitiva, "un conjunto que habla con efectividad de las tareas extractivas y del procesado de la púrpura".

Durante los trabajos arqueológicos de estos años, ha ido apareciendo restos de cerámica, como ánforas de salazones y vinarias, anzuelos, vajilla variada de mesa y de cocina (cuellos y asas de ánfora, tapas de olla, recipientes para el fuego, vajillas de mesa), una fíbula, lucernas, fragmentos metálicos de hierro y bronce (anzuelos y clavos), además de restos óseos de ovejas y cabras.

Del Arco ha insistido en que el yacimiento de Lobos es "único" en los territorios más meridionales del Imperio Romano y "termina por consolidar la idea de que la geografía y los recursos económicos de este territorio se implicaron en las pautas económicas de explotación".