jueves, 7 de abril de 2016

Descubren el lugar por el que Aníbal cruzó los Alpes hace más de 2.000 años


A pesar de los esfuerzos de los investigadores en los últimos siglos, el misterio de por dónde cruzó Aníbal los Alpes para invadir Italia en el año 218 a.C. continuaba sin resolverse. Unos defendían que pudo ser por el puerto del Pequeño San Bernardo, el de Mont Cenis o el de Montgenévre. Otros que por el puerto de Clapier, o incluso más al sur por el de Larche. Los datos aportados por los historiadores romanos tampoco eran demasiado precisos, y no existían restos arqueológicos que pudieran proporcionar una prueba definitiva.

Pero ahora un nuevo estudio que se basa en el análisis de las bacterias de los excrementos de los caballos afirma haber dado con el lugar exacto.

Aníbal, al mando de un ejército cartaginés de 30 mil hombres, con 37 elefantes y 15 mil caballos, cruzó los Alpes en octubre de 218 a.C. en los inicios de la Segunda Guerra Púnica, con la intención de invadir Italia y asestar a Roma un golpe mortal. A pesar de que tras 16 años de guerra fue derrotado, su increíble gesta para la época es recordada como una de las empresas militares más destacadas de la Antigüedad.

Durante más de 2.000 años los historiadores, debido a las prácticamente inexistentes evidencias, han teorizado acerca de la ruta que siguió. Incluso Napoleón mostró cierto interés en el asunto.

Ahora un equipo internacional liderado por Bill Mahaney, de la Universidad de York en Toronto, ha dado con evidencias solidas que demuestran que lugar por el que Aníbal cruzó a su ejército en ruta hacia Italia fue el Col de la Traversette, un estrecho paso situado actualmente en la frontera franco-italiana, al sureste de Grenoble y al suroeste de Turín.

El Col de la Traversette está situado a una altitud de 2.950 metros sobre el nivel del mar, y todavía actualmente es un sendero difícil y complicado, apto solo para su cruce a caballo. Esta ruta ya fue propuesta hace un siglo por el biólogo Gavin de Beer, pero no logró calar en la comunidad académica, que prefririó seguir dando crédito a las informaciones del historiador romano Tito Livio que daba el dato del Col de Clapier a pesar de escribir 200 años después del suceso y nunca haber visitado el lugar.

Para determinar la localización exacta del paso de Aníbal se utilizó una combinación de análisis genéticos microbianos, química ambiental, análisis de polén y varias técnicas geofísicas. Ello condujo al descubrimiento de una enorme masa de deposiciones fecales de animales, probablemente caballos, en un lugar cercano al Col de la Traversette. Los excrementos, datados alrededor del 200 a.C. mediante análisis de sus isótopos de carbono, fueron hallados en un terreno fangoso que antiguamente fue un pequeño lago, uno de los pocos en aquella área que podría haber servido para abrevar a un gran número de animales.

Hasta un 70 por ciento de los microbios presentes en los excrementos de caballo son de un grupo llamado Clostridia, y estos son precisamente los que se hallaron en la Traversette.

Ahora queda por determinar por qué Aníbal eligió uno de los pasos más difíciles, angostos y complicados. Una de las razones que el estudio apunta es que de esa manera pretendía evitar las posibles emboscadas de las tribus galas, de las que el ejército no habría estado protegido en pasos más abiertos.

Los investigadores seguirán analizando los restos en busca de más información, con el fin de confirmar que efectivamente pertenecieron a los caballos y elefantes de Aníbal. La información genética que se extraiga permitirá determinar incluso su orígen geográfico.

La investigación ha sido publicada en Archaeometry.