viernes, 2 de septiembre de 2016

El Mundo:El metal que blindó la barca solar del faraón Keops


El rompecabezas de la segunda barca solar de Keops, conservada durante 4.500 años bajo las arenas de la meseta de Giza, sigue deparando sorpresas. Unos listones de madera reforzados con elementos metálicos, desconocidos hasta ahora, han emergido este miércoles de las profundidades de la oquedad en la que un ejército de expertos japoneses y egipcios trata de rescatar la nao que acompañó al faraón en su viaje hacia el más allá."Las piezas de madera que estamos recuperando hoy son únicas", declara a EL MUNDO el ministro de Antigüedades egipcio Jaled el Anani mientras un batallón enfundado en batas blancas y ayudado por un sistema de poleas desempolva parte del tesoro, envuelto en gasas. "Se trata de un listón de ocho metros de largo que contiene partes metálicas que no existían en el primer barco solar. Creemos que fueron incluidas para evitar que la embarcación resultara dañada durante la navegación", ha explicado el egiptólogo.Tras milenios de reposo, la misión de reconstruir la nave, compuesta de piezas de cedro libanés y acacia egipcia, arrancó en junio de 2011 en busca del esplendor que luce el primer barco solar, hallado en 1954 a unos metros de la que ahora se trata de recuperar y que desde 1982 cautiva a los turistas con sus 43 metros de eslora y 1.224 piezas en un museo levantado frente a la pirámide. La existencia de una segunda nao no era un enigma. Ya había constancia de ella en 1954, pero la egiptología no volvió a surcar las arenas cercanas a la pirámide de Keops hasta 1987. A primeros de aquel año los nipones auscultaron su perímetro a través de ondas electromagnéticas. Y hallaron el vacío horadado en la tierra que bajo 41 bloques de 16 toneladas de piedra caliza guardaba el puzzle del segundo barco.

A finales de la década de 1980 una expedición del National Geographic consiguió penetrar el foso con una minúscula cámara. Varias expediciones posteriores confirmaron la localización pero el proyecto definitivo no arrancó hasta 2009. Dos años más tarde, durante la apertura de la fosa, la misión encontró un cartucho con el nombre del segundo rey de la IV dinastía, que reinó entre 2609 y 2584 a.C, y un jeroglífico sin cartucho perteneciente a uno de sus hijos, Kefren, que emuló a su progenitor al edificar la pirámide contigua. Desde entonces, el proyecto ha levantado acta de los daños causados en la madera por la entrada de aire y agua mezclada con cemento durante las obras de construcción del museo cercano.

"Estoy muy feliz por el hallazgo que hoy presentamos. Hemos descubierto que el segundo barco, a diferencia del primero, sí se utilizó para navegar", señala a este diario Sakuji Yoshimura, profesor de la Universidad nipona de Wesade y director de la expedición, en el laboratorio levantado junto a la hendidura y aislado para luchar contra la humedad y el calor del desierto. El medio centenar de expertos a su cargo aún tiene una larga singladura que recorrer. "Nuestro plan es concluir la restauración de la piezas en tres años y dedicar otros cinco al proceso de ensamblaje. Necesitamos ocho años en total", ha esbozado el ingeniero nipón. Para el primer barco, el arqueólogo egipcio Ahmed Youssef empleó 13 años y sólo logró recomponerla tras el cuarto intento. "El proyecto tiene un coste superior a los 10 millones de dólares. De las 1.200 piezas que componen el barco se han recuperado 704 piezas, que han sido restauradas, documentadas y trasladadas al Gran Museo Egipcio", indica el ministro de Antigüedades. Una vez restaurada, la embarcación será expuesta en las salas del nuevo museo que se construye actualmente en las proximidades de las pirámides de Giza y cuya inauguración parcial está prevista para mediados del próximo año.

La misión, que ha sorteado los últimos cinco años de turbulencias políticas en la tierra de los faraones, desvela el fascinante esqueleto de una de las cinco naos que acompañaron la vida de ultratumba del rey Jufu, bautizado como Keops por el griego Herotodo y descrito como un cruel tirano que sojuzgó a su familia y su pueblo para erigir una de las siete maravillas del mundo antiguo.Recomponer las piezas también podría arrojar luz sobre la utilidad de estos barcos. La teoría del ex ministro de Antigüedades Zahi Hawass es que no se trata de "un bote funerario usado para trasladar el cuerpo del faraón desde la capital hasta su enterramiento" sino de un símbolo en honor al dios solar Ra. Con las dos naves encontradas, el difunto rey navegaría durante el día (una barca denominada "mandyet") y al caer la noche ("mesketet"). En cambio, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Amin, consideró en 2013 que podría haber sido usado durante la vida terrenal de Keops o como un símbolo de poder y ostentación. "Del mismo modo -dijo- que hoy un monarca posee 5 coches o yates".