lunes, 5 de septiembre de 2016

Nuevos enterramientos romanos y fenicios en un Varela más abandonado


En cualquier ciudad de cualquier país del mundo, el parque de Kotinoussa sería un bonito espacio verde repleto de turistas fotografiando la historia fenicia y romana de Cádiz. En esta ciudad, es un parque arqueológico-botánico con uso canino, en el que hace tiempo ganó el pulso esto último dentro de este concepto un tanto extraño con que se ideó. 

Ahora acaban de incluirse tres nuevos enterramientos fenicio-púnicos, así como un monumento funerario del siglo I.d.C. en este recorrido histórico, aunque todavía está a la espera de que se coloquen los paneles informativos que los contextualicen, "que serán instalados próximamente", señalan desde el Ayuntamiento de Cádiz. Esta actuación no ha contemplado la puesta a punto del resto del circuito arqueológico, con algunos desperfectos a su paso, aparte de la hierba crecida en buena parte del parque, dotándole de un aspecto de abandono. Tampoco se difunde apenas el valor de este bonito paseo que nunca supo ubicarse en los circuitos turísticos de la ciudad, y que en la mañana de ayer, un día soleado de agosto, estaba acompañado de perros paseando o chapoteando en la fuente. Ni un turista fotografiando algunos de los interesantes rincones que atesoran diferentes réplicas y originales arqueológicos sobre rituales de enterramientos fenicios y romanos. 

No obstante, los nuevos enterramientos que acaban de sumarse y que fueron hallados en las obras de San Severiano, 10 se han integrado muy bien en el recorrido, sin apenas impactar en su entorno. Se trata concretamente de un conjunto hipogeo formado por tres enterramientos fenicios de inhumación realizados con hileras de sillares de bella factura y fechados en torno al siglo V.a.C, según explican desde el Ayuntamiento. También se ha instalado junto a éstos un enterramiento romano del siglo I.d.C, tipo mausoleo, formado por una cámara central donde se ubica una cista realizada con ladrilllos en la que se depositó el cadáver incinerado, y dos pasillos laterales. El acceso se realizaba mediante escalones de bajada. 

Dos nuevas incorporaciones cuya instalación se ha llevado a cabo a instancias de los técnicos de la delegación municipal de Medio Ambiente, el restaurador-conservador encargado del montaje, arquitectos y el arqueólogo de Procasa, bajo la supervisión de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 

Según ha comunicado el Consistorio, han considerado que sea un espacio amplio para la colocación holgada y han evitado afectar a la vegetación y arbolado de la zona, para lo que se ha instalado incluso riego por goteo, así como mantenido el criterio de uniformidad de los restos arqueológicos respecto a los existentes. 

Ambos yacen en este circuito con detalles por pulir desde que inicia por la puerta principal al parque, la anexa a la Avenida de Andalucía. Se percibe cierta dejadez en algunos rincones que podrían brillar mucho más con poco esfuerzo. Así, nada más acceder, se encuentran las primeras lonas informativas sobre el conjunto y el panel de la desaprovechada Ruta Gadir. Ahora faltan un par de lonas, aunque no es el único panel que falta. También le falta un retoque a los senderos que conducen a los restos, señalados por una mini valla en madera mal alineada, con piezas que faltan. Así ya se han retirado, aunque no repuesto, los fragmentos de la cisterna romana que hace unos meses se desprendieron. 


La cisterna se erige así como el único punto que sale del discurso histórico con que se ha planteado el circuito. Un recorrido en el que el visitante puede ir viendo las diferentes facetas por las que ha transcurrido la antigua necrópolis de Cádiz, a través de sarcófagos antropoides, grupos de hipogeos fenicios, varios tipos de inhumaciones e incluso incineraciones.