domingo, 13 de noviembre de 2016

Las ventanas de Pompeya se hacían en Cuenca


Los análisis realizados por las universidades italianas de Módena y Reggio Emilia sobre diversos materiales que formaban parte de ventanas halladas en la ciudad de Pompeya han arrojado un curioso origen para éstos: la región de Cuenca. El llamado lapis specularis, que servía para cubrir los huecos de las ventanas dejando entrar algo de claridad antes de su sustitución por los panales de vidrio, procedía de las canteras de esta zona de Castilla, que hizo de la explotación de este material uno de sus principales fuentes de ingresos en época romana. Las casas romanas no contaban con grandes ventanales, pues estaban construidas de forma que dieran la espalda a la calle y se abrieran hacia grandes patios interiores. Sin embargo, sí existían pequeñas y medianas ventanas que permitían la iluminación de algunas estancias interiores, especialmente aquellas más importantes.

Aunque, como ha explicado el doctor Juan Carlos Guisado, presidente de la Asociación Lapis Specularis, este tipo de roca podía importarse también desde Anatolia o el norte de África, en el caso de Pompeya al menos se ha demostrado sobradamente que se traía el lapis specularis desde Hispania. Los resultados de estos análisis podrían suponer un respaldo fundamental para que las excavaciones en las minas romanas de Cuenca recibieran una mayor atención, y financiación, por parte de las autoridades españolas, así como para impulsar de forma definitiva su candidatura como Patrimonio de la Humanidad, un título que sólo puede otorgar la UNESCO.