sábado, 31 de diciembre de 2016

Viver comienza los trabajos de revalorización del yacimiento de El Prado


El Ayuntamiento de Viver ha comenzado los trabajos de revalorización del yacimiento de «El Prado», una antigua Villa romana, ubicada en la partida de los Cabillos, a unos tres kilómetros del núcleo poblacional. Este yacimiento salió a la luz en 2007, después de la realización de las catas para ejecutar las excavaciones para la colocación del montaje de varias torres eléctricas de evacuación del parque eólico de la zona seis.

Tras las catas, los arqueólogos detectaron esta villa, de las más antiguas que conserva el municipio que, ahora, subvencionada por el propio ayuntamiento en una primera fase de actuación por un total de 15.000 euros, se está poniendo en valor bajo la dirección del arqueólogo Manuel Molina.

Tal como apuntaron ayer desde el consistorio, el ayuntamiento ha impulsado este proyecto «con el objetivo de recuperar los restos y hacerlos accesibles al público».

Las labores de recuperación han comenzado con la limpieza arqueológica de las estructuras, y continuarán con la reparación y levantamiento de algunos muros, y la colocación de paneles informativos, lo que permitirá al visitante entender los restos.

Después de esta fase, el consistorio estudiará emplear una segunda fase para continuar con las labores.

Sería hace tres años, cuando el consistorio viverense adquiriese las parcelas en las que se hallaron los restos con el fin de poner en valor este patrimonio histórico y convertirlo en un atractivo turístico. Para ello, los restos fueron además declarados bien de relevancia local y fueron vallados de manera perimetral para, en la medida de lo posible, preservar su conservación. Sin embargo, la falta de protección de los restos desde su descubrimiento ha provocado durante los últimos años una rápida erosión del yacimiento en muros y estructuras, con un serio peligro de desaparición.

El yacimiento de El Prado fue documentado como una villa romana de tipo agrícola, del periodo Alto Imperial (ss. I – III d.C.), en la que se exhumaron diversos espacios y zonas de uso, como un pequeño complejo termal o un patio porticado en zona residencial.