martes, 6 de febrero de 2018

El País:La arqueología palestina y el misterio de la cripta de Gaza


Abdelkarim al Kafarna vive en Beit Hanun, al norte de la franja de Gaza. La casa de su familia quedó prácticamente arrasada en la guerra que durante 50 días enfrentó al Ejército de Israel con las milicias islamistas de Gaza en el verano de 2014. Un temporal de lluvias que azotó la pasada semana Oriente Próximo amenazó con arrastrar los muros que aún se tenían en pie. Cuando escampó, Al Kafarna, de 24 años, salió a comprobar los daños. El agua acumulada tras las intensas precipitaciones no se había encharcado, en contra de lo habitual, en los cráteres que abrieron las bombas israelíes por todo el huerto.

El misterio rodeaba un fenómeno anormal. Así que el joven gazatí decidió seguir el minúsculo regato que discurría desde el patio de la casa hacia una de las oquedades. Descubrió que la tierra se tragaba el agua y tuvo que retirar una pesada piedra para resolver el arcano. A sus pies apareció una escalera excavada en la roca que descendía hacia la oscuridad. Un olor nauseabundo emanaba de lo desconocido, pero este superviviente a las tres guerras libradas en el enclave palestino durante la última década se armó de valor y comenzó a descender por los peldaños.

Cuatro metros bajo tierra, se encontró con nueve tumbas horadadas en el subsuelo. Cada una de las sepulturas contenía un osario, aparentemente restos de distintos cadáveres, junto con lamparas votivas y sellos familiares de cerámica. Al Kafarna no tardó en dar la voz de alarma: bajo las tierras de su familia parecían haber surgido unas catacumbas tras el aguacero. El arqueólogo de Gaza Ayman Hassuna, convocado con urgencia por las autoridades, pronto descifró el enigma. “El método de excavación de estas tumbas familiares apunta a su origen romano, hace unos 2.000 años”, dictaminó el experto.

Este viene a ser el relato del misterio de la cripta de Gaza que transmitieron dos fotógrafos locales de France Presse y Associated Press a sus redacciones centrales en Jerusalén. Su versión acompañaba las sorprendentes imágenes de un hallazgo arqueológico accidental distribuidas por ambas agencias que han acabado dando la vuelta al mundo.

Gaza fue incorporada a la República romana en año 63 AC. Permaneció bajo el Imperio y siguió en manos de Bizancio —entonces acabó de ser cristianizada por San Porfirio— hasta el VII, cuando pasó a manos del primer califato de islam. Distintas civilizaciones han dejado su huella a lo largo de los 4.000 años de historia documentada de la Franja mediterránea. Antes que los romanos, egipcios y cananeos; israelitas y filisteos; asirios, persas y griegos, entre otros, se disputaron el territorio.

La búsqueda de antigüedades que certifiquen la presencia histórica en los territorios en disputa se ha convertido en un arma habitual en el conflicto entre israelíes y palestinos. El afán por desenterrar el pasado es patente en Jerusalén, donde los arqueólogos del Estado judío han excavado túneles a lo largo del recinto amurallado y sus alrededores, y en otras ciudades renombradas de la antigüedad, como Hebrón (Cisjordania).

Beit Hanun, sin embargo, apenas era conocida hasta ahora por ser una de las poblaciones que llevó la peor parte en la denominada Operación Margen Protector en Gaza, que se cobró la vida de 1.500 civiles y unos 700 combatientes palestinos, y de 67 soldados y 6 civiles israelíes. Situados en primera línea del frente, a escasa distancia de la frontera, sus edificaciones duramente golpeadas por los bombardeos eran hasta hace poco el primer paisaje urbano con el que se topaba el visitante después de atravesar el paso aduanero de Erez.

En la Franja palestina aún quedan 6.000 familias, unas 30.000 personas, pendientes de ser realojadas. Más de 18.000 viviendas fueron destruidas y otras 160.000 resultaron dañadas por la guerra de 2014. Que el hallazgo accidental de unas misteriosas tumbas romanas bajo la casa en ruinas de Abdelkarim al Kafarna sirva también para dar noticia del sufrimiento de estas gentes de Gaza a quienes pueden remediarlo.