jueves, 3 de mayo de 2018

La Vanguardia:Las ruinas que enmarcan el reino de David y Salomón


¿Existió el reino de David y Salomón? El texto bíblico dice que ambos fueron los últimos reyes del reino unido de Israel (1030-930 a.C.). Tanto el padre (el pastor que, según la tradición, venció al gigante Goliat con una honda) como el hijo lograron reinar sobre un extenso territorio. El problema era que no había evidencias arqueológicas que certificara que estos hechos fueron reales.

Por eso el debate ha sido tan intenso, especialmente en los últimos 25 años, con los investigadores cuestionando la figura de ambos monarcas hasta reducirlos a poco más que jefes tribales que gobernaban sobre Jerusalén y su entorno más inmediato. Para contrarrestar esa hipótesis era necesario encontrar construcciones en el corazón de la región donde supuestamente estuvo ese reino. Y parece que es algo que han conseguido unos investigadores de la Universidad Bar-Ilan.

Un equipo liderado por el profesor Avraham Faust y el doctor Yair Sapir ha descubierto nuevas pruebas que apoyan la existencia de la monarquía unida de Israel e indican que el Reino se extendió más allá de las cercanías de Jerusalén, según explican en un estudio publicado en la revista Radiocarbon .

Durante la última década, los arqueólogos de Bar-Ilan han estado excavando una gran mansión conocida como la “residencia del Gobernador” o la “casa de cuatro habitaciones”, que fue destruida en un incendio en el siglo VIII antes de Cristo durante una de las campañas asirias. El hogar se encontraba en Tel‘Eton, en Shephelah, unos 20 kilómetros al sureste de la ciudad de Qiryat Gat.

Este gran edificio tenía al menos dos pisos y su planta baja se extendía sobre unos 225 metros cuadrados. La estructura se construyó en la parte más alta del montículo, sobre cimientos profundos, utilizando materiales de construcción de alta calidad y de acuerdo con un plan meticuloso, colocando piedras grandes y de alta calidad en las esquinas y entradas del edificio.

“Sorprendentemente, las fechas de la datación por radiocarbono indican que el edificio ya se había erigido entre finales del siglo XI a.C. y el tercer trimestre del X“, dice Faust en un comunicado. La construcción de una residencia tan grande en la cima del montículo, visible desde una gran distancia, junto con el crecimiento significativo del tamaño de la ciudad al mismo tiempo, fue un evento importante en la historia de Tel‘Eton, uno de los mayores sitios arqueológicos de Judá, aproximadamente a mitad de camino entre Gaza y Jerusalén.

La duda era quién construyó este edificio, aunque los investigadores lo tienen claro. “El hecho de que la residencia fue levantada como una casa clásica de cuatro habitaciones, un estilo que era muy predominante en los sitios israelitas y que falta o es raro en las zonas de dominio cananeo y filisteo, parece enviar un mensaje claro sobre la identidad de los constructores: La política israelita procedente de las tierras altas”, señala el estudio.

Curiosamente, la casa no fue destruida y los cambios en la construcción no fueron el resultado de batallas o la aparición de una nueva población dominante. “Estos hallazgos indican que había una impresionante construcción pública en curso ya en el siglo 10 antes de Cristo. Cuando los descubrimientos de Tel‘Eton se combinan con los aparecidos en otros sitios en la región, se puede reconstruir el proceso a través del cual el gobierno de las tierras altas se apoderó del Shephelah (el centrosur de Israel) y lo colonizó gradualmente”, apuntan.

Faust y Sapir saben perfectamente que la asociación de esta residencia con David y Salomón “no se basa en evidencia arqueológica directa, sino únicamente en motivos circunstanciales”. El origen de los cambios en Tel‘Eton (la construcción de la residencia de cuatro habitaciones y el crecimiento del sitio) parece que hay que buscarlo en las tierras altas. “Y dado que estos cambios tuvieron lugar en el momento en que se suponía que David gobernaba en las tierras altas, el vínculo es plausible“, señalan los expertos.

“Si alguien piensa que esto no certifica que hubo un rey con el nombre de David, quizás deberíamos encontrar otro nombre para llamar al monarca que logró unificar las tierras altas de Judá y las bajas llanuras costeras filisteas durante su reinado”, explican Faust y Sapir.